Un desvelo.

    El reloj marca 12:41 am, es la madrugada del sábado 26 de noviembre de 2022, llevo largos minutos pensando en tercera persona, mi mente pasa a un estado profundamente reflexivo, donde comienza a producir ideas, pensamientos contradictorios y a la vez analíticos. 

    Me encantaría que existiera un dispositivo de telequinesia que tradujera estos monólogos que se dan en mi mente y los transforma en letras, pero como aún no existe tal cosa, rápidamente tomo el celular y me voy a las notas para desplegar lo que me desvela.

    Reflexionaba sobre ¿Para qué hago ciertas cosas?.

    A lo largo de las historias que he compartido, he intentado dejar algunas reflexiones que me han ayudado a sortear los diversos momentos de la vida.  Son quince el número de historias que llevo compartidas en este blog y continúo sin creer que soy  realmente buena en el mundo de las letras. El llamado síndrome del impostor, suele atacarme y me hace cuestionar, ¿la redacción es buena? ¿Las puntuaciones están correctas? ¿logro transmitir correctamente las ideas? ¿qué esperar exactamente tras cada publicación? . 

    Las respuestas van llegando velozmente, engranando mis pensamientos, afianzando mis motivaciones y descubriendo mis intenciones. Cuando comparto una historia debes saber que previamente ha sido escrita desde mi corazón y más que una frase romántica es la pura verdad, en cada oración dejo salir eso "que pasa por mi mente" y expreso sin vergüenza, hechos de mi vida desde el otro lado de la barrera, es decir; desde la superación de dichos momentos y del aprendizaje obtenido. 

    Desde luego que para lograr entender dicho aprendizaje, primero me he tenido que reconciliar con mi propia historia, segundo he hecho la pases con mi identidad para así valorar cada realidad acontecida, por más dura, frágil, fácil, o frustrante que sea.

    No me creo la mejor en nada en específico,  pero esto no significa que no pueda o no sepa hacer cosas bien. Si enumero las actividades o desempeños en las que siento que puedo ejecutar sin suponer un gran problema, la lista de habilidades, talentos y virtudes sería algo larga (modestia aparte). 

    Creo firmemente que soy quien lo intenta, una y otra vez, pero esto no me exonera de experimentar miedos, inseguridades y ansiedades que producen las cosas nuevas. Sería muy egocéntrico pensar que contengo exclusivamente toda la fuerza para lograr lo que me propongo, ¡no! no es así, detrás de mis intentos y capacidades hay una persona que me sostiene e impulsa para no dejar que nada me detenga.

    Siento temores de tantas cosas que cuando las hago y logro lo propuesto, me asombro y emociono, ya que si soy honesta soy muy "cagada" o temerosa para hacer las cosas, solo que no dejo que eso sea el sentimiento dominante.

    Me propongo cosas, las logro y después me pregunto ¿de qué sirve todo lo que podemos hacer, alcanzar o desarrollar, si nada es compartido o disfrutado por o con  alguien más?.

    Avanza la madrugada, es la 1:10 am y me cuestiono ¿ para qué escribo esta historia?, y siento que las respuestas no se dan en mi mente sino que fluyen desde mi corazón.

    Akkuz, tiene la capacidad de transformar las situaciones incómodas, dolorosas, aburridas, desesperanzadoras, en el aprendizaje más poderoso, convirtiéndose en una cosmovisión, que debe ser compartida con otros.

    Quiero imaginar que escribo estas historias pensando en ti, en que tal vez pasas por situaciones y que al leerme encuentres nuevas ideas. He mencionado en algunas oportunidades que nunca esperé las reacciones y comentarios recibidos tras cada historia y menos que se convertiría en un maravilloso pasatiempo. 

    He conocido personas cultas, versadas, con círculos sociales muy diferentes al mío y me 

he frenado un poco a la hora de conversar les sobre esta faceta de escritora amateur, pero al pasar un tiempo, recobro atrevimiento y les comparto alguna historia. Con asombro me cuentan que son de su agrado,  expresan que les emocionó de alguna manera y les hizo reflexionar, cosa que me llena de orgullo, satisfacción pero sobretodo siento que cumplo con uno de los objetivos que busco al escribir: inspirar a otros.

    El reloj marca las 4:36 am, no puedo creer lo rápido que se ha pasado el tiempo, ya casi va a amanecer, he optado por bloquear el móvil y me voy a dormir. 

    Pasaron unos días y empiezo a leer todo lo que redacté esa noche, le doy formas, elimino algunos párrafos y me inspiro a escribir lo siguiente.

    29 de Noviembre de 2022, quedan pocos días para que se acabe el año y pienso que pasar por el mundo de manera lineal debe ser aburrido, y completamente innecesario,  cada evento de la vida te puede poner en lo alto, en tu mejor momento, o lanzarte a lo más bajo nunca antes experimentado, solo tú, tienes el poder de ver ambas cosas como una oportunidad de aprendizaje. 

    Si has vivido experiencias que te han cerrado la forma de ver, y tratar a los demás, la forma de relacionarte, con personas cercanas o con quienes recién llegan a tu vida,  déjame decirte que no has aprendido realmente la lección. 

    El poder extraer el aprendizaje bueno dentro de lo malo, te permitirá no solo volver a ver el mundo a color, perdonar desde el corazón, y rodearte de gente chévere, sino que también te hará mejor persona, te permitirá vivir en paz y cerrar los ciclos dolorosos para siempre.

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    No puedo creerlo, hoy es 20 de septiembre del año 2024, entro a mi viejo blog y me doy cuenta que tengo historias maravillosas sin acabar y aunque esta es algo particular ya que fué producto de un desvelo, no deja de ser maravillosa y cargada de sentimiento reflexivo.

    La capacidad de compartir va más allá de lo material, es eso intangible que siembras o dejas en otros, solo por la satisfacción de una persona propensa a la empatía y la generosidad.

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    12 de enero de 2025, 6:59 pm acabo de volver a leer esta historia y ya no procrastinare más,  la publicare. Espero te guste❤️